Cerca de mí, la afonía del cuarto
XVI
Cerca de mí, la afonía del cuarto.
Exclusivamente la voz que dicta los poemas
y más tarde los destruye.
A mi espalda los libros, la media luz de quien observa
a veces sin querer, de quien me quiere.
Solos yo y esta silla boba y el frío que recorre
los miembros con cautela y un poquitín de dolor.
El engaño en apariencia se entumece, se deslíe.
Quiero apuntar aquí los actos improbables,
la temeridad del que no espera nada.